Inspirar a las nuevas generaciones de niñas, adolescentes y no tan niñas para que se animen a practicar alguna actividad deportiva es parte de la tarea que, desde su creación, viene realizando con entusiasmo la Asociación para las Mujeres en el Deporte Profesional (AMDP). La cita “Inspirando Generaciones”, que tuvo lugar en el polideportivo municipal de Ciempozuelos, el pasado 27 de noviembre, fue uno de esos momentos por los que mereció la pena estar ahí. “Todo surgió a raíz de una llamada personal del concejal de Deportes, Javier Morgado, a quien no conocíamos pero él a nosotras sí, para ver si se podía hacer algo conjuntamente”, me cuenta Pilar Calvo, secretaria general de la Asociación, muy contenta de que la AMDP vaya extendiendo sus horizontes. Así que, allá que nos fuimos a Ciempozuelos, una pequeña localidad cercana a Madrid, para inspirar a sus mujeres con tres deportistas de lujo: Belén Izquierdo, Oti Camacho y la propia Pilar Calvo. Tres grandes deportistas, comprometidas, valientes y apasionadas por sus respectivas y muy dispares disciplinas: triatlón, rugby y tiro al plato en la modalidad “Skeet”. La charla resultó muy animada, con intervenciones de las y los asistentes, incluido el propio concejal de Deportes, quien al finalizar avanzó que habrá nuevas colaboraciones con la AMDP. Hubo buena sintonía, teníamos con nosotras a tres mujeres valientes, tenaces, con disciplina y una autoestima a prueba de todo. ¡Qué historias tan maravillosas, fascinantes e inspiradoras las de estas tres deportistas!
Teníamos a Belén Izquierdo, 49 años, economista, el mejor ejemplo de que nunca es demasiado tarde para empezar a hacer deporte, aunque no lo hayas practicado antes en toda tu vida. Belén era una alta ejecutiva de Telefónica cuando inició su carrera deportiva, inusualmente tarde, cercana a cumplir los 40 y con cuatro hijos. Empezó a correr, nadar, picoteó un poco con la bici… hasta que un día alguien la convenció de que se apuntara a un triatlón en la Casa de Campo de Madrid. El reto fue tan satisfactorio para ella que quiso continuar en esta especialidad deportiva, no sin antes haber sido advertida por su entrenador, porque “¡ojo, que el triatlón engancha! Y asi fue. Belén se enganchó tanto que ganó dos Ironman 70.3 en su ránking en Chile y Uruguay clasificándose para participar en los mundiales de Estados Unidos que tuvieron lugar en Tennessee en 2017. O sea, 1,9 kms. de natación, 90 en bicicleta y 21,1 en atletismo.
Tal vez por eso le gusta decir que su carrera deportiva “no es muy larga pero si muy intensa”. A día de hoy no concibe la vida sin el deporte, sus entrenamientos son sagrados y su pasión deportiva ha servido de ejemplo a sus hijos, quienes la han animado y admirado siempre, orgullosos de tener una madre triatleta y afianzando su relación con los valores que transmite el deporte. Belén confirma que el deporte también le ha servido para ser más fuerte, física y mentalmente. Y para ayudarla a tomar decisiones sobre su vida profesional, como dejar atrás la compañía en la que llevaba casi veinte años.
Ella es también la prueba de que las mujeres debemos y podemos ocupar puestos de trabajo en entornos cercanos al deporte, de que tiene que haber continuidad y reciclaje en las estructuras deportivas después de las copas y medallas: actualmente trabaja para You First, una agencia de representación de deportistas de alto nivel, en donde se encarga de un ambicioso programa “You First People” para introducir el deporte en las empresas, en igualdad de oportunidades para empleadas y empleados, con especial énfasis sobre las mujeres. Esta triatleta opina que el ejercicio, la actividad física en general, es especialmente beneficioso para la vida profesional, ayudando a fomentar cualidades como el liderazgo, la autoestima y la autoconfianza, la determinación… tan necesarias no solo para mantener una posición dentro de la empresa sino para aspirar a alcanzar puestos de mayor responsabilidad. Sin olvidar los factores nutricionales y de salud que conlleva, en suma, de bienestar general. En cierta forma, su proceso transformador siguió ese camino, ya que el darse cuenta de que estaba consiguiendo fantásticos resultados en el triatlón le ayudó a empoderarse hacia dentro y hacia el exterior.
Si hay alguien que ha roto estereotipos esa es Oti Camacho, 43 años, psicóloga de formación y consultora de género en la Fundación Atenea. Primero fue jugadora de rugby. Luego entrenadora. Y ahora ha vuelto a jugar, cumplido su sueño de tener hijos. Y si las entrenadoras de rugby se cuentan aún con los dedos de las manos, Oti puede presumir de haber sido la jefa absoluta de un banquillo masculino, el del Madrid Titanes. Durante casi una década se dedicó en cuerpo y alma a este equipo de 3ª regional que, además, es el primer club gay inclusivo de nuestro país.
“No, no soy la fisio”. “No, no soy la médico”. “No, no, no y no… soy la jefa”.
Y por si esto fuera poco, también puede presumir de haberles entrenado estando embarazada de su primer hijo, Jorge, ahora con cinco añitos quien, por cierto, ya apunta maneras en el terreno de juego. Como sus dos hermanas mayores, de ocho y seis años, aficionadas también al rugby. Y parece que la pequeña Zoe, de dos, lleva el mismo camino. La familia de Oti vive en torno al deporte, ya que su marido también es entrenador.
Durante el coloquio se habló sobre la importancia del ámbito familiar para animar a las peques a ser deportistas y también de lo necesario que es tener referentes, modelos a seguir. La foto de Oti en el terreno de juego, con su pequeño en la mochila mientras los jugadores atendían a sus instrucciones fue impactante en su día pero a día de hoy no debería seguir siendo una excepción. Se quedó embarazada justo antes de que empezara la temporada y siguió adelante, aguantando comentarios de todo tipo y el asombro de quienes no entienden, a estas alturas, que la maternidad no es una enfermedad, sino un proceso natural que ha recaido sobre las mujeres para hacer posible nuestra continuidad como especie. Oti dio a luz justo al día siguiente de que terminaran todos los eventos del equipo y del club. Sin pestañear. Lo normal.
Y la temporada siguiente ahí estaba, con su bebé a bordo. El pequeño Jorge ha hecho más entrenamientos de rugby desde su mochila que muchos jugadores. Y de nuevo los comentarios, claro. Actualmente Oti ha vuelto a competir como jugadora, compaginando el rugby con su trabajo en la Fundación Atenea y con su compromiso activo en pro de la igualdad de las mujeres en el deporte, a través de la AMDP. Durante su charla en Ciempozuelos comprobamos con Belén y Oti que la edad y la maternidad en su caso no han sido un obstáculo para practicar deporte intensamente.
Luego hablamos de los referentes, tan importantes para generar estímulo. Al saltar de nuevo al campo de rugby como jugadora, después de casi ocho años sin jugar, Oti se muestra feliz de volver a estar en activo. Muy satisfecha de haberse reencontrado con chicas a las que conoció siendo adolescentes y a las que, con su ejemplo, apasionó por este noble deporte. Lo hizo a través del programa Mas Rugby para el que fue reclutada por la Federación madrileña, y que aún sigue vigente para fomentar el acercamiento de las chicas entre 14 y 17 años al rugby. Y se ha visto gratamente sorprendida al ver la admiración con que estas jugadoras la recuerdan, consciente de lo importante que es tener modelos a los que seguir. Siempre vinculada a la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, como hilo conductor de todo lo que hace, “me puse las ‘gafas moradas’ y desde entonces no he parado de pasar el filtro a todos los aspectos de mi vida”.
Oti comparte la necesidad de hacer redes de mujeres deportistas, para que se conozcan unas a otras, porque las situaciones son las mismas para todas y uniéndose se hacen más fuertes, además de favorecer el que no abandonen su deporte y que, si llega el caso, busquen y encuentren fórmulas para reciclarse dentro de un entorno deportivo, donde sus conocimientos y experiencia pueden ser muy útiles para otras mujeres.
De nuevo, el papel integrador que viene realizando la Asociación para las Mujeres en el Deporte salta a la palestra. Pilar Calvo, abogada, secretaria general de la AMDP, encarna mejor que nadie lo que significa tener una visión amplia de los valores que transmite el deporte, sea el que sea, y de la necesidad de luchar por una igualdad real de la mujer en el ámbito deportivo. Como campeona de Skeet, con cuatro campeonatos y cuatro copas de España en su haber, Pilar aspira a conseguir una plaza para las Olimpiadas de Tokio 2020.
El Skeet es una modalidad de tiro al plato poco conocida. Pilar empezó a hablar de ella en los medios de comunicación, gracias a sus éxitos deportivos y luego a través de su trabajo en la Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional. Sus comienzos como tiradora fueron tardíos. A los 22 años, tras visitar el estadio olímpico de Barcelona, una vez concluidos los juegos, se quedó impresionada, muda de emoción. Y al volver a Madrid, cogió el listado de deportes olímpicos y empezó a ver uno por uno, en donde podría iniciarse. Primero probó con la esgrima, pero vió que no era lo suyo. Así hasta llegar a la “t” de tiro al plato.
“Mamá, para Reyes quiero que me regales una escopeta”
Dicho y hecho. Iniciaba Pilar una particular travesía de desierto sin referentes femeninos y que, tras un cierto tiempo, le llevó a tirar la toalla y alejarse unos años de la competición. Y es que Pilar estaba más que cansada de ver cómo a las poquísimas mujeres que practican esta especialidad se las ningunea frente a los varones, con argumentos peregrinos e inadmisibles, hasta el punto de negarles la entrega de medallas, por poner solo un ejemplo.
O darles un premio en metálico de menor cuantía que a los hombres, habiendo pagado lo mismo que ellos por inscribirse en la prueba. Para cuando volvió podía más el afán de superación y las ganas de cambiar las cosas que los sinsabores.
Volvió con la determinación de no dejar la escopeta nunca más. Ahora con 49 años su mantra es que “mientras la escopeta no se me caiga de las manos seguiré compitiendo”, afirma. Y yo digo que ganando, eso seguro.
También la he oído decir en alguna otra ocasión que el tiro al plato es un deporte que puedes hacer hasta con muletas. Y aunque no tengas una vista perfecta. Sus “cabreos” ante el diferente trato que recibía como mujer en “skeet” le llevaron a impulsar la Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional desde donde está consiguiendo que clubes con directivos obsoletos se vean obligados a cambiar viejos hábitos discriminatorios para con las mujeres deportistas. Pilar es muy tenaz a la hora de defender sus reivindicaciones, y si le llaman pesada, responde “si, más que tu”.
Trabaja para que los obstáculos a los que se enfrentan muchas deportistas, y que nada tienen que ver con su valía, no les hagan flaquear, como le ocurrió a ella en un determinado momento. Su objetivo es acabar con la discriminación y lograr “que las mujeres seamos el 50% en el ámbito deportivo, como deportistas, entrenadoras, árbitras, gestoras, directoras de clubes, abogadas, periodistas… y todo el largo etcétera de profesiones que lo merecen y que harán crecer el deporte como un agente social e impulsor eficiente de la economía”.
Pilar habló sobre el trabajo que hace la Asociación para las Mujeres en el Deporte Profesional y animó a las asistentes a asociarse. Entre los muchos datos que aportó, uno especialmente llamó poderosamente nuestra atención: que más del 90% de las mujeres deportistas tienen carrera universitaria, mientras que en los hombres ese porcentaje baja a menos del 60%.
Así termina esta crónica sobre tres grandes deportistas que nos inspiran. Donde sigue, por fuerza, el necesario trabajo de la Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional para lograr una igualdad efectiva y real de oportunidades y de derechos para las mujeres deportistas.
“Hay que seguir peleando, no rendirse y estar unidas. Si estás sola no haces nada, te aíslan”
Inspirando Generaciones, haciéndolas más fuertes y mostrándolas que es posible hacer las cosas de otra manera.
Paloma Larena. Periodista