Este lunes se celebraron en el Congreso las quintas Jornadas Parlamentarias sobre ‘Propuestas para un nuevo marco jurídico en el deporte’ en el que se debían debatir qué mejoras incorporar a la nueva Ley del Deporte, cuyo anteproyecto presenta el próximo lunes 5 de noviembre la secretaria de Estado para el Deporte, María José Rienda, en el Senado.
A través de tres paneles se desgranaron las problemáticas a las que se enfrentan deportistas y su entorno por culpa de una ley obsoleta, que data de 1990, y de la falta de regulación de aspectos básicos en su día a día como la falta de profesionalidad, las dificultades para desarrollar una vida laboral hasta la retirada, la maternidad, los protocolos de conciliación, la educación en diversidad o la integración.
Entre las ponentes se encontraban la ciclista Leire Olaberria, quien expuso su caso particular, apartada del ciclismo tras ser madre. «Hay miedo a denunciar. Porque si denuncias, te echan», lamentó durante su exposición, donde solicitó protocolos de maternidad para que las futuras generaciones de deportistas no tengan que renunciar a sus sueños por tener hijos. «Igualdad y equidad son fundamentales. Tenemos las herramientas pero no se aplican ni hay quien sancione para vigilar que se cumplan».
Dándose por aludido, el abogado de la Federación de Ciclismo, José Antonio del Valle, quiso restar responsabilidad a la misma en base a la ausencia de relación laboral con la deportista. «La ley no dice nada más que principios generales de conciliación pero no se especifica qué derechos son. Solo desde el punto de vista laboral están desarrollados, pero para los trabajadores. Cuando un deportista acude a una Federación, la relación no es laboral, por tanto no se aplica el Estatuto de los trabajadores. Desde el punto de vista de la Federación, aunque quisiera colaborar normativamente no está obligada. Es verdad que hay principios que permitirían establecer protocolos, pero estamos muy limitados a otras cosas por las cantidades presupuestadas. Es difícil darle salida favorable a los intereses de la deportista. Si fuera trabajadora, sería muy fácil resolverlo».
La respuesta a esta afirmación vino de la abogada que contrató la AMDP para defender a su asociada Leire Olaberría, María José López, quien respondió con contundencia: «Hay un programa Universo Mujer y una declaración de Brighton. Las federaciones además están sometidas al convenio de derecho fundamental de la Unión Europea, no se pueden salir por la tangente. Una cosa es la relación laboral y otra es la vinculación a través de licencia y una discriminación que se está produciendo. No vale decir «no tengo el artículo tan específico», porque tiene instrumentos para evitar esta discriminación. Universo Mujer está muy bien, pero no es solo una declaración de principios, es una actuación ejecutiva en base a esos principios de Brighton y Helsinki».
En la misma línea que Leire se mostró la árbitra Esperanza Mendoza, tercera colegiada de la Liga ACB, primera división de baloncesto. «No hay legislación en el convenio, y en caso de lesión sí hay subsidio pero ante la maternidad estamos desprotegidas». Aunque ella se considera «privilegiada» por trabajar en un deporte que, dice, lleva años respaldando la presencia de mujeres en las pistas, reconoce que no es lo habitual. Y recalcó: «Hay que trabajar para que la mujer tenga continuidad en el arbitraje, porque su carrera empieza a los 16 o 17 años pero la vida arbitral en nosotras es más corta por la maternidad».
La cacereña expuso su caso particular, y su deseo de ser madre. «Es un gran problema, porque las que queremos ser madres tenemos la opción de abandonar o de iniciar una batalla legal para que la disfruten las próximas generaciones. Tengo 34 años y tengo un dilema. ¿Por qué cada vez somos madres a más edad? Porque hasta ahora ha sido implanteable. Es fundamental que esto esté regulado».
En todos los deportes las mujeres viven esta situación, y así lo destacó también la seleccionadora nacional de fútbol sala, Claudia Pons, destacando el ejemplo del Burela, único equipo que garantiza la renovación automática en caso de embarazo. «Pero los 15 equipos restantes de la liga no contemplan esto».
Además de maternidad y conciliación, sobre la mesa se puso la falta de profesionalización. «No cotizas, no hay bajas por maternidad, no hay protección social como trabajo… El deporte federado está abandonado, y después como deportista de alto nivel hay un concepto que no está definido. ¿Hasta qué punto es profesional?», se pregunta la atleta Marta Pérez. «Hay que trabajar con coberturas y con seguridad».
Eva del Moral, triatleta paralímpica, lamentó la falta de recursos en el deporte adaptado y la dificultad económica del acceso al material cuando las niñas y los niños quieren iniciarse en un deporte. «Habría que adecuar la Educación Física en el colegio, porque muchos profesores no saben, no tienen conocimiento ni material para un deporte adaptado que además debería estar integrado en todas las federaciones. El deporte debe ser plenamente inclusivo. El deporte no entiende de género ni de discapacidad».
La primera de las mesas de la jornada moderada por la periodista deportiva Paloma del Río , se complementó con el deportista de waterpolo Víctor Gutiérrez, que habló de los problemas de la comunidad LGTBI en el deporte.
Esta es la crónica de Mamen Hidalgo, que colabora con la AMDP. Mil gracias