No tenía mala intención.
A estas hora de la mañana cuando nos debíamos estar preparando para comer, nos quedamos estupefactas con los comentarios que algunos periodistas hacen de la triste noticia de ayer, cuando una periodista fue acosada en directo. En nuestra redacción de trabajo virtual nos hemos indignado más que ayer viendo las respuestas de algunos personajes que no hacen más que justificar y perpetuar.
Estamos hartas de este paternalismo machista que exculpa un comportamiento deleznable entre hombres. Sus pandillas, camadas y malas camaraderías son un claro ejemplo de esta sociedad enferma de desigualdad. No vale todo. No.
Así que mano a mano nos hemos puesto para acusar a todos los periodistas que siguen disculpando el comportamiento del tenista. Para acusar las miradas de risas cómplices de los hombres desde la redacción cuando veían entre risas a su compañera. Están viendo la agresión en directo de una compañera y solo se les ocurre reírles la gracia. ¿Son bobos, cómplices o tienen tan interiorizado la cotidianidad de un comportamiento que les parece normal? Esto último es lo más trágico.
Aquí tenéis el artículo de el mundo con el vídeo. Un artículo donde todos los nombres que salen son los masculinos. Ella es «la periodista», anónima. Invisible.
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De buenas intenciones debería estar el mundo lleno, pero acosar a una mujer en cualquier situación no puede ser catalogado precisamente como bueno.
La periodista de Eurosport, Maly Thomas, vivió la más incómoda de las situaciones cuando se acercó a entrevistar al tenista francés Maxime Hamou tras ser eliminado en Roland Garros. Fuera de pistas, en los pasillos que conectan las distintas canchas, Thomas se acercaba con su micrófono y un cámara para preguntarle por su partido. Hamou la rodeó con su brazo por el cuello atrayéndola hacia él. Ya bajo su dominio comenzó a darle besos, mientras ella intentaba zafarse, todo con la cámara en directo y la periodista intentando realizar su trabajo.
Lamentable la situación, pero igual de lamentable la reacción de sus compañeros de Eurosport en el estudio, riéndole la gracia al tenista y aplaudiendo como si la reacción del tenista fuese plausible mientras su compañera pasaba un mal trago tratando de zafarse de las garras del jugador. La periodista reconoce que “si no hubiese estado en directo, le habría abofeteado”. Juegan con eso, con nuestra prudencia, con la moderación, y con que sus compañeros les van a aplaudir su “hazaña”.
La organización del torneo ha reaccionado expulsando al jugador, aunque ya estaba eliminado, pero le ha retirado la acreditación para que no pueda campar a sus anchas por las instalaciones. La Federación francesa de tenis también ha abierto un expediente disciplinario. A lo mejor deberían ser más tajantes. No tiene excusa posible. Si ven el vídeo cualquiera diría que estaba bebido, lo cual no habría sido tampoco un eximente. Es una acción denunciable, punible y que no puede ser tratada a la ligera.
En España desde algunos medios se le resta importancia. Periodistas especializados en tenis como Miguel Ángel Zubiarriaín en la Cadena SER, lo califica como “sin mala intención. Ha estado en plan gracioso”. Se refiere a la periodista como “una chica que le hacía sus preguntitas” y “el chaval se tomó la libertad de cogerla por el cuello, de intentar abrazarla, de achucharla… yo creo que sin mala intención”.
Pésimo ejemplo para una lacra social como es la Violencia de Género. La violencia ejercida contra las mujeres tiene muchas formas, y demasiados personajes que la amparan o la justifican. Que vergüenza.
Revisen sus valores señores. De momento son ustedes los que tienen la sartén por el mango. No todo vale. Son ustedes unos machistas.
Cristina Gallo y Mar Mas
AMDP