Dos campeonas olímpicas han unido sus fuerzas para intentar llegar a Tokio 2020. Un proyecto olímpico lleno de ilusión, talento y entrega que, como siempre, puede quedarse en el camino por falta de apoyos y recursos económicos.
Sofía Toro y Ángela Pumariega, oro en la clase Elliot en Londres 2012, han empezado el ciclo olímpico como patrona y tripulante en la clase 470, con barcos pero sin patrocinio ni ayudas para poder acudir ya no a las competiciones, sino a los entrenamientos programados del equipo nacional y eso que acaban de proclamarse Campeonas de España de 470.
Hasta hace pocas fechas la concentración del equipo nacional se realizaba en Santander donde las distintas tripulaciones acudían a coste 0, a excepción del desplazamiento hasta la capital cántabra. Ahora la Federación Española de Vela ha trasladado estos entrenamientos a Barcelona, donde se encuentra gran parte de la flota, pero con la diferencia de que a las tripulaciones que llegan desde otras localidades deben abonar 1.500€ por quince días de concentración, en concepto de estancia y manutención.
Toro y Pumariega NO pueden afrontar ese gasto, además del desplazamiento, cada vez que se convoca un entrenamiento del equipo. Apenas cuentan con los recursos para poder ir a las competiciones y no entienden por qué se opta por la opción de pago cuando existe una instalación en Santander en la que no hay que abonar nada por la estancia, tan solo hay que pagar las comidas.
No poder acudir a los entrenamientos del equipo va a suponer un lastre en las aspiraciones de la pareja olímpica que se ve obligada a entrenar en solitario en Galicia y abocada a estar más pendiente de encontrar el dinero que les permita competir en lugar de enfocar todos sus esfuerzos en entrenar y luchar por la victoria.
Ellas han demostrado sobradamente su capacidad y su valía, pero no se les puede pedir rendir y obtener resultados si no se les ayuda. Qué rápido olvidamos a nuestras campeonas.
Cristina Gallo.