«No hay un compromiso contra las violencias contra las mujeres, pero tampoco contra las desigualdades que hay en los premios, en los sueldos… El deporte femenino es algo muy invisibilizado en España, excepto el fútbol. Si están invisibilizadas las victorias, imagínate los problemas, hay una desigualdad tremenda«, subraya la secretaria general de la Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional, Pilar Calvo.
Para abordar la tibieza del sector deportivo, la secretaria general de la Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional recuerda que el escándalo de Carlos Santiso, entrenador del Rayo Femenino, no tuvo ninguna consecuencia. Santiso, unos años antes, jaleó a sus jugadores diciendo que tenían que hacer «como los de la Arandina», en referencia a la agresión grupal a una menor por parte de varios jugadores del citado equipo. «Su manera de entrenar fue alentar una violación grupal. Tendría que estar inhabilitado, tendrían que haberle revocado la licencia para entrenar», afirma Calvo.
Santiso pidió perdón por lo que calificó de broma y el Rayo salió al paso diciendo que ficha «profesionales, no personas».
«La respuesta que dan es nula«, concede Calvo. «Esto del fútbol es la punta del iceberg, es un escándalo y es alguien conocido, pero hay informes de la Unión Europea y de Unicef que dicen que una de cada cinco niñas sufre abusos en el deporte en Europa. Y no se denuncia. Hay más miedo a la represión de lo que te puede pasar como víctima», añade.
Tanto la secretaria general de la Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional como la jurista de la Asociación de Futbolistas Españoles subrayan que tanto la ausencia de mujeres en los puestos de mando deportivos como las discriminaciones laborales que padecen tienen que ver con estas situaciones, con esta falta de respuesta.
«El machismo está tan instaurado, tan integrado en nuestra sociedad que muchas veces ni siquiera se dan cuenta de que estos son insultos. En el fútbol se maleduca a todo el mundo, los niños que lo ven desde pequeños ven cómo se insulta desde la grada a todo el mundo: árbitros, jugadores, a todo el mundo. No se educa ni se hacen campañas porque no lo consideran ni necesario. Y sería importante porque cualquier cosa que se haga en el fútbol arrastra a los demás deportes», concluye Calvo.