María Luisa Baena, también conocida como Malu, tiene una trayectoria profesional bastante impresionante: es profesora de secundaria de educación física, entrenadora de atletismo, y atleta. El ser especialista en mujer y rendimiento, le llevo a escribir el libro “Correr embarazada” donde cuenta su experiencia deportiva durante su segundo embarazo. En el encontramos pautas, procesos, pruebas de esfuerzo y datos científicos pero escrito con carácter divulgativo para llegar a cualquier lectora. Por último, es presidenta y entrenadora del club femenino la Peña Trail, un club que cuenta con más de 60 mujeres entre los 30 y 71 años.
El objetivo de crear un club femenino era atender las necesidades que tienen las mujeres en las diferentes disciplinas y que nunca antes se habían atendido. Necesidades a nivel biomecánico, fisiológico, anatómico, en definitiva, aquellas donde es necesario hacer un trabajo específico para la mujer.
El club está federado en montaña y atletismo y aunque algunas de sus integrantes solo van a entrenar y a formarse como corredoras, muchas otras están compitiendo y dándolo todo. Pero incluso durante las competiciones, el ambiente sigue siendo muy bueno. Eso se ve particularmente en aquellas de equipo según relata Malu: “cuando son de equipos, no te puedes imaginar cómo lo disfrutan, es como cuando tú tenías de niña tu grupo, con tu palabra secreta, ellas mismas se ponen un nombre y se diseñan su propia camiseta para esa carrera. Así que, pese a haber momentos difíciles durante las competiciones, momentos malos, duros, al final estas experiencias unen a estas mujeres y lo disfrutan todas juntas”.
Con esta introducción, no sorprende que el deporte tenga un papel predominante en su vida, empezó en una escuela deportiva de atletismo a los 8 años donde se formó como deportista, compitiendo en varias modalidades, cross, pista. Ella recuerda que “entonces éramos 2 o 3 chicas nada más”. Combinó sus estudios con el deporte y se licenció en INEF, de donde tiene muy buenos recuerdos “ahora mismo repetiría otra vez los 5 años de carrera, me lo pasé pipa”. Desafortunadamente, en este ámbito, también los hombres representaban la mayoría, en su promoción de un total de 200, solo 60 eran mujeres.
En resumen, la vida de Malu está impulsada por la voluntad de “entrenar y de divulgar, de intentar transmitir lo que sabemos, lo que conocemos”.
Voluntad de mejorar la situación de las mujeres
El ser mujer dentro del mundo del deporte te lleva a tener que enfrentarte con muchas dificultades. Malu ha intentado poner su grano de arena para mejorar las cosas, luchando contra una historia que viene cargada de estereotipos y de micromachismo; y cómo subraya, no es la única: “hay mucha gente muy consciente, muy consecuente y que realmente trabaja para cambiar esta situación”.
Todavía hay que luchar para alcanzar igualdad
En efecto, hace un poco más de unas semanas, Malu y sus compañeras denunciaron unas desigualdades en la subvención a clubes que convocó el Ayuntamiento de Antequera.
“Es una subvención en la que llevamos participando y disfrutando desde hace 3 años, pero la última convocatoria ha sufrido cambios. Supuestamente este año el gobierno decidió fomentar a la mujer, lo que me parece estupendo”, cuenta Malu. Hasta aquí, ningún problema a primera vista.
Sin embargo, al estudiar en lo que se traduce este fomento de la mujer, Malu ha encontrado “unas desigualdades bastante grandes”. Una de ellas es que se puntúan mucho más los méritos obtenidos por mujeres que los obtenidos por hombres. Para Malu esto no tiene ningún sentido, “¿por qué tiene que valer más mi carrera que la de él? ¿Me ha costado más dinero a mí hacer la carrera? ¿He hecho más asignaturas?” La respuesta está clara: no hay ninguna razón por la cual su carrera debería valer más. Como lo dice, “en cuanto a méritos, todo debe ser ecuánime e igualitario”.
Asimismo, otro apartado en la puntuación, en cuanto a la ficha federativa de los clubes:
lo que a simple vista puede parecer ventajoso para las mujeres al tener más puntos pese a tener un porcentaje menor, se traduce en que únicamente otorga la posibilidad de obtener la puntuación máxima a los clubes con un 25% de fichas femeninas, y un 75% de fichas masculinas, 15 puntos. Los clubes como La Peña Trial, al ser solamente femeninos, nunca van a poder aspirar a esa totalidad de puntos.
Falta de apoyo
Lo que no me esperaba, era que Malu no tuviera apoyo real al denunciar estas desigualdades. De hecho, sí que ha recibido muchísimas llamadas y mensajes apoyándola a seguir luchando, pero tristemente también le dijeron que no la podía apoyar públicamente. Como ella misma subraya “tienes que ir luchando a contracorriente, es triste que la gente no se atreva a hablar por lo que pueda pasar”.
Sin embargo, esta falta de apoyo no la impide seguir “luchando”, luchando entre comillas porque para ella, el objetivo no es impugnar la convocatoria ni interponer ninguna denuncia administrativa, solamente hacerles entender que se puede fomentar la mujer en el deporte de otras maneras más igualitarias.
No hay respuesta por parte del Ayuntamiento
Pese a haber denunciado este episodio en las redes sociales, de momento Malu y sus compañeras no han recibido ninguna respuesta del Ayuntamiento, ni la esperan, parece que quieren que el tema se olvide. Aun así, en una rueda de prensa se le preguntó al Alcalde por este tema y respondió que todo lo que se ha hecho está dentro de la ley. Para Malu hay que saber aplicar esa ley y que de verdad las medidas que se apliquen lleven a la igualdad.
Por el momento no solicitarán esta subvención hasta que el problema esté resuelto
Al ser un pequeño club, La Peña Trial sobrevive gracias a las subvenciones. Sin embargo, con este episodio de desigualdades, está claro para ellas que no las van a solicitar de momento. Esta situación me dejó preocupada, viendo que el club podría desaparecer, pero Malu, más optimista y me explica que “todavía nos quedan un poco de dinero de años anteriores y si fuera necesario pondremos una cuota para que el club continúe con su actividad”.
Para concluir, Malu nos cuenta que van a seguir en esta dinámica de lucha, avanzando para defender el bien del club. Un club del que está muy orgullosa, sobre todo de las mujeres que lo componen. De hecho, se siente muy apoyada por todas y confiesa que le aportan mucho a todos los niveles.
Su decisión de unirse a la Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional sigue la misma lógica: “Dar a conocer y visibilizar el trabajo que las mujeres están haciendo en todos los ámbitos del deporte”.