Empieza el nuevo Secretario de Estado para el Deporte José Manuel Franco y queríamos llamar su atención. Además de las bienvenidas, quiero recordarle que las mujeres estamos aquí. Esperando decisiones que lleguen desde el CSD desde hace décadas. Ha sido llegar al puesto y tirar por tierra el trabajo inacabado que anunció la saliente Irene Lozano, al que las costuras se le veían por todos lo lados. Lo que tiene el humo.
La Liga Ellas, acaba en un cajón y volvemos al punto de partida. O sea, el cero. Ahora quiere reunirse con todos los afectados. Muy bien. Pero eso nos retrasa en todo. Otra vez. Vamos a ser sinceras y a echarle una mano con todo el trabajo que tiene por delante. Además de una profesionalización del fútbol femenino, necesaria y urgente, en el resto de los deportes también hay mujeres.
Y también hay mujeres que quieren ser profesionales en todo el tejido deportivo. Las federaciones deportivas, esas que reciben la mitad del dinero de los impuestos que pagamos las mujeres, estamos lejos del 50% de representación y espacios en la toma de decisiones. No solo en las juntas directivas que se llenan de vocales sin sueldo. También en todos los estamentos de los equipos técnicos. No estamos y no tener referentes es una de las razones del abandono de las mujeres en el deporte. Y de que no practiquemos más deporte. Y todas las políticas hechas por sus predecesores, tienen el marcador en los mismos porcentajes. No suben las licencias femeninas. Tendrá que ser creativo si quiere tener resultados diferentes.
Ya tiene la Ley de igualdad efectiva entre hombres y mujeres del 2006. Estamos en 2021. Han pasado 18 años y aquí seguimos peleando por lo mismo. Ve como no hace falta hacer nuevas leyes, sino poder aplicar las que ya tenemos y sancionar su incumplimiento.
Estamos discriminadas y sí, ya sabemos que acaba de llegar, pero es que nosotras llevamos peleando muchos años. Y mientras, seguimos viendo como nuestras cuentas corrientes se quedan en precario después de años dedicadas a tratar de hacer de nosotras mismas una versión ganadora en medallas y en tratar de llevar una carrera deportiva a costa de la ruina de familias y amistades. Es duro acabar porque tienes treinta y tantos y cero años cotizados a la seguridad social.
Otra de las razones que quería comentarle, en nombre de todas las asociadas que hacemos la AMDP (Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional), es que la radio y la televisión públicas, es uno de nuestros mejores escaparates para conseguir patrocinadores. Que son esas empresas que lo que quieren es la visibilidad. Y aportan grandes cantidades de euros. Le diré señor Franco, que pagamos la mitad. ¿Me va pillando? No podemos continuar patrocinando el omnipresente fútbol masculino y algunos hitos más en cada informativo. Hay más deportes y hay mujeres en todos ellos que quieren vender sus triunfos, que son muchos, y poder tener patrocinadores porque salen en la tele que pagan a medias.
Sabemos que hay muchos señores que le van a contar cómo tienen que hacerlo. Que ellos lo saben todo porque ni se llevan bien entre ellos y lo que más le gusta es el dinero. La codicia, señor Franco, no es uno de los valores del deporte. Por mucho que tengan trajes de diseño.
Tiene en sus manos el desafío de llevar a las mujeres a la profesionalización y el reconocimiento que necesitamos como sociedad. A que podamos tener más opciones para poder vivir del deporte. A ser referentes de una sociedad donde apenas un ventipocos por ciento de mujeres está federada. El deporte debe ser una seña de identidad de un país saludable. Tenemos una pandemia de covid de la que queremos salir como habíamos entrado. Sin contar con las mujeres en esta reconstrucción de la sociedad.
Le recuerdo, que los bajos indicadores de igualdad de género en el deporte pasan factura cuando la agenda 2030 le pida datos. No se deje aconsejar por los mismos de siempre. Le llevarán al mismo sitio y a nosotras, nos dejarán las migajas de Mujer y Deporte. Programitas que no funcionan. Sea valiente y honesto. Las mujeres estamos esperando que, de verdad, alguien dé un golpe en la mesa y lleve la igualdad en el deporte como bandera institucional. Hay muchas Superligas, pero pocas en igualdad.
Ya sabe donde estamos. Le deseamos sabiduría y capacidad de poder hacer realidad nuestras vindicaciones. Si necesita cualquier consulta, estaremos encantadas de llevarle propuestas valientes. Y le deseamos que estos dos años que parece que le quedan sean fructíferos. Por nuestro bien.
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