Hace ya 12 días del 8 de marzo de 2021, en la que cobraron valor las palabras de Simone de Beauvoir: “No olvidéis jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados”.
Si en el 8M de 2020 culparon a las feministas de que la crisis sanitaria del Covid-19 entrara en nuestro país, este año nos criminalizaron antes de tiempo…
Más de 700 manifestaciones se realizaron en Canarias durante toda la pandemia pero sólo los actos convocados con motivo del 8 de marzo «Día Internacional de las Mujeres» fueron motivo de un aluvión de críticas y ataques pre 8M totalmente inaudito. Ya han pasado 7 días, ¿dónde ha quedado toda esa tormenta y todo ese chaparrón que llevábamos sufriendo hace varias semanas? ¿Se han disculpado? Hoy no están, todos los policías que aparecieron se han quedado callados.
Todas las críticas y ataques tenían una misma procedencia, el sector más machista y patriarcal que nos querían en nuestras casas, sin salir, como Pierre de Coubertin, padre del deporte, pero que no se ocupaba ni de los cuidados de sus hijxs ni de las tareas domésticas, pues eso lo hacía su esposa porque eso eran cosas de mujeres. El barón sólo permitía la competición deportiva para los hombres, pues para las mujeres no era decoroso, tan sólo servían para coronar con guirnaldas a los ganadores… pero era el “padre moderno”.
Y nos olvidamos con frecuencia de Alice Milliat, la madre soltera, que además de los cuidados del hogar y de sus hijxs, también trabajó incansablemente para promover la práctica deportiva para las mujeres y su participación en los Juegos Olímpicos, ante las sucesivas negativas de los estamentos deportivos que vetaban continuamente a los mujeres. Pero Alice Milliat salió a la calle, y creó los I Juegos Mundiales Femeninos, y fue pionera en el asociacionismo para el deporte femenino y la impulsora de las primeras competiciones deportivas para mujeres.
Pero volvamos al 8 de marzo porque esto del deporte no tiene nada que ver con el feminismo.
Bajo las mascarillas y bajo los paraguas, las feministas salimos a las calles porque nada ni nadie nos va a parar, pues eso es lo que querían lxs amantes del machismo más rancio: nada de manifestaciones ni concentraciones, nada de ruido, nos querían silenciadas y en casa. No querían que saliéramos a competir, por eso cuando el bus de prensa advirtió de la presencia de una mujer en la Maratón de Boston de 1967, el dícese señor comisario de la carrera se abalanzó sobre ella, pues no era digna (y ya mítico) del dorsal 261; pero ahí se mantuvo firme Katherine Switzer, con su pareja y entrenador que acoplaron la embestida, hombres dando lecciones a hombres sobre lo que pueden y deben hacer.
Pero volvamos al 8 de marzo porque esto del deporte no tiene nada que ver con el feminismo.
Desde todos los medios de comunicación se oyeron la indecencia de convocar concentraciones por el Día Internacional de las Mujeres, obviaban completamente el permiso concedido a todos los actos convocados para el 8M. Nosotras ya sabíamos el resultado: 0 reyertas, 0 contenedores quemados, 0 detenidas, 0 personas arrojadas al mar… Mucha gente pareció haberse olvidado que tanto las manifestaciones del 8M como del 25N siempre han sido actos pacíficos y los últimos años se han convertido en hasta familiares, pues van las abuelas y abuelos, los esposos, hijxs y nietxs, en carritos, globos y pancartas porque es un espacio seguro.
Ha sido sangrante el linchamiento que ha recibido el movimiento feminista previo al 8 de marzo, en el que ni escuchaban que en todos los actos se iban a respetar las medidas de seguridad como así se llevaron a cabo, un movimiento feminista que es el mayor movimiento social de los últimos años, no sólo por los grandes cambios sociales a favor de los derechos humanos y la justicia social sino también por su seguimiento en cada vez más partes del mundo.
Como todos los días son 8 de marzo: Seguiremos en las calles y en las canchas, seguiremos en los plenos y en las juntas directivas, seguiremos jugando, entrenando, dirigiendo y arbitrando.
Llevamos un año de pandemia sanitaria, y siglos de la pandemia de la desigualdad. Por ti, por ellas, por todas. La revolución será feminista o no será.
Patricia Glez.
Activista feminista y Experta en género y deporte
@glez._patricia