¡Venga! Seguro que entre todos podemos conseguirlo. Lo único que hace falta es terminar de conseguir la igualdad real entre mujeres y hombres. ¿Cómo no vamos a querer incorporar a la mitad de la población para ser más efectivos?
Imaginen un mundo sin discriminación hacia las mujeres. Que podemos ser ciudadanas de pleno derecho. Total, ya pagamos los mismos impuestos y mantenemos el mundo con el 68% de las horas de trabajo. Claro que es el que llaman no remunerado. Es ese que llaman de cuidados. O de gorra, básicamente. Porque si lo contabilizamos, se os va todo el presupuesto si queréis pagarlo.
Y claro, nosotras, las mujeres viendo los números, que solo poseemos el 1% de las propiedades de planeta después de tanto trabajo. ¿Ven como no es justo? Imaginen que sean los hombres los que estén así. Anda que no protestarían. Y mucho.
Todo esto va de una cuestión de repartir el poder. Y los privilegios que traen. De poder y de conseguir quién se lleva las grandes cantidades de dinero y manejar dónde y cómo se gasta. Pero se lo gastan entre ellos. En el mismo círculo de amigos y así se perpetúan en el poder. Unos se mantienen a otros. Eso es el patriarcado. Una palabra que no gusta mucho, pero estamos dispuestas a cambiarla si el significado no varía. Podemos llamarlo mesa o clumplinlin.
Así que empecemos a cambiar los términos que no nos gustan para que ustedes se involucren en la igualdad. Y para eso les necesitamos. Que cedan sus derechos y privilegios. Ya sé que antes se iban a la guerra y se partían la cara por el honor (jaja) y los privilegios que esas ganancias les traían. A costa de muchos y muchas.
No vamos a la guerra. Vamos a las calles a poner las cosas en su sitio. Mientras que no les guste ser feministas, que es la igualdad entre hombres y mujeres, podrán ser feministos, podrán tener todos sus privilegios y querer mantener sus espacios. Pero seguiremos en las calles.
De ustedes depende acabar con esto. Porque acabaremos tarde o temprano. Según Naciones Unidas no vamos a conseguir la igualdad en más de 200 años. Y nos viene fatal. No vamos a esperar. Ustedes harían lo mismo. ¿O no?
Miren cómo estamos en el deporte. Les cuento que me supera el desorden de las cosas cómo están. Rubiales haciendo culebra con los clubes para poder gestionar los derechos de emisión. Aunque no pueda y cambie los estatutos de la federación. Y la AFE que pretende defender los derechos de las mujeres futbolistas y para eso tienen que negociar y quitar derechos al fútbol masculino. Perdonen el ataque de risa.
Las mujeres seguimos siendo no profesionales y eso nos da desventaja. Y sin derechos. No solo es fútbol. Es todo. En rugby, las leonas acaban de ganar su octavo triunfo. Y siguen siendo precarias. Y suma y sigue… Así estamos. Ahora ¿cómo quieren que nos quedemos en casa? Frieguen ustedes el baño. Hagan la comida. Cuiden a sus madres. A sus hijos e hijas y sean ejemplo.
Sean feministos o lo que quieran. Qué esto no va a parar. El 8M seguirá.