Os dejamos este artículo que han escrito desde Público con las intervenciones de una de nuestras asociadas y representante de jugadoras, Arantxa Uría y nuestra presidenta Mar Mas.
Que el convenio se firmara casi un mes antes de decretarse el estado de alarma es para Tabanera una auténtica suerte, «puesto que desde ese día los clubes lo están aplicando con total normalidad y se han adecuado los salarios de muchas futbolistas a lo acordado». Esta firma, explica, ha garantizado que muchas futbolistas afectadas por Expedientes de Regulación de Empleo (ERTES) realizados por diversos clubes, pudieran acceder a una retribución digna porque la firma del convenio incrementó sus salarios, «estaban más protegidas y pudieron acogerse a los beneficios sociales que ofrecía el Estado».
Algo discrepante es la opinión de Arantxa Uría, asesora legal de la Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional (AMDP), que resalta que si bien el convenio se firmó por las partes cuando se pusieron los fondos necesarios sobre la mesa de negociaciones, este documento nunca llegó a ser publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), un dato que considera cuanto menos «curioso».
La mera firma del convenio debería obligar a las partes a cumplirlo, independientemente de que no se haya publicado en el BOE. Pero nos estamos encontrando demasiados casos en los que esto no es así y en los que los clubes no siempre lo respetan. Estamos viendo ofertas de clubes para la liga Reto Iberdrola [la de segunda división femenina] en la que ofrecen salarios de 350 euros, porque aducen que no tienen más», explica Uría a Público.
El convenio del fútbol femenino se firmó con salarios mínimos de 16.000 euros al año, pero con la condición de que se pudiera contratar a las jugadoras por un 75% de la jornada laboral, es decir, por 30 horas, en cuyo caso el salario descendería hasta los 12.000 euros. Algo muy distinto a lo que ocurre en el convenio del fútbol masculino, en el que la contratación es obligatoria por el 100% de la jornada (40 horas). Esto no sólo influye en los salarios, que son muchísimo mayores, sino en toda una serie de derechos laborales, como bajas, excedencias, vacaciones…
«Hemos conocido los casos de varias jugadoras despedidas por sus equipos durante el estado de alarma, que ni siquiera recibieron la indemnización correspondiente por parte de los clubes», afirma Uría. «Primero porque el club no se la pagó y ellas en muchos casos no la reclamaron. En muchas ocasiones las jugadoras desconocen cuales son sus derechos. Pero también influye el hecho de que los clubes tienen una baza en la mano que es importante: la retención de las fichas. Y muchas veces las jugadoras ante la tesitura de protestar y arriesgarse a que el club no les de la ficha para poder marcharse, optan por no decir nada».
Para Mar Mas, presidenta de la AMDP, el principal problema es que nadie se toma en serio el deporte femenino, y el fútbol es un ejemplo de ello. «El Consejo Superior de Deportes sentó en la mesa Rubiales [presidente de la RFEF] y a Tebas [presidente de la Liga Nacional de Fútbol Profesional] para que arreglaran el inicio de la liga masculina, peor no ha tomado medidas para que las futbolistas vuelvan al trabajo. Esto demuestra lo que les importa esta liga femenina: nada. Solo importa el dinero».