La crisis del COVID-19 ha puesto sobre la mesa nuestra fragilidad como organización humana.
El 31 de octubre del año 2000, la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, abogó por la plena participación de las mujeres a todos los niveles de toma de decisiones en los procesos de resolución de conflictos y de consolidación de la paz.
Entendiendo esta pandemia como un conflicto a resolver, vemos nuevamente como las mujeres y la perspectiva de género han sido desdibujadas por la urgencia de una reconstrucción que no cuenta con nosotras en la toma de decisiones y por consiguiente nos discrimina.
Las mujeres seguimos ignoradas, discriminadas y alejadas de estas mesas de decisiones en todos los ámbitos y en el deportivo más aún. Ni las leyes de igualdad ni los tratados internacionales nos han dado el espacio necesario para poder participar en esta reconstrucción de la vida.
Las mujeres estamos en la preservación de la vida cotidiana. Esta crisis nos ha llevado a volver a ser las protagonistas de los cuidados, en detrimento de nuestra actividad profesional.
Del esfuerzo por llevar nuestras vindicaciones a las mesas de trabajo, es esta encuesta que hemos realizado entre las mujeres en el deporte.