En las últimas horas se ha viralizado un vídeo en el que el entrenador del CBC Valladolid Paco García manifestaba su total apoyo a las tres árbitras que habían dirigido su encuentro. Asunción Langa, Sara Peláez y Laura Piñeiro.
A través de las redes sociales se ha aplaudido un discurso en el que insistía en que no debíamos estar hablando sobre el primer arbitraje de tres mujeres en la Liga LEB, porque han hecho méritos para estar ahí.
Desde la Asociación de Mujer y Deporte queremos manifestar que estamos totalmente de acuerdo en estos dos últimos puntos: ellas han hecho méritos para estar ahí, y no deberíamos estar hablando de esto porque en 2018 ya tendría que ser algo normalizado.
Pero desafortunadamente no nos encontramos en ese punto. De hecho, estamos muy lejos de ello. Y precisamente por esto hay que destacarlo. Si en pleno 2018 vemos que por primera vez tres mujeres dirigen un encuentro masculino… es porque necesitamos hablar más de ello. Y sí, es noticia.
No debería serlo, y ojalá dentro de muy poco tengamos interiorizado y normalizado que tres mujeres arbitren. Pero hasta ahora, por muchos méritos que hicieran, no se les daba la oportunidad. Así que insistiremos en ello hasta que nadie se lo cuestione en una rueda de prensa. Además, ellas SON la noticia por conseguir llegar a ser las primeras. No les quitemos el mérito y celebremos que la élite masculina abre las puertas a las mujeres en el arbitraje. Este próximo martes, pitarán otras tres árbitras: Yasmina Alcaraz, Paula Lema y Elena Espiau en el encuentro de LEB Oro entre el Carramimbre CBC Valladolid y el Tau Castelló. «No es un gesto excepcional, sino una demostración real de que nuestra apuesta por la mujer es firme y determinada», asegura Jorge Garbajosa, presidente de la Federación Española de Baloncesto.
Eso es lo que esperamos, que las mujeres tengan las mismas oportunidades, garantías salariales y reconocimiento que sus compañeros masculinos. Y Asun, Sara y Laura, han sido las primeras en pitar un encuentro masculino. Esa es la noticia, y no se la vamos a quitar.
Por último, animamos al técnico a sumarse a la igualdad a través del lenguaje, a llamar a las cosas por su nombre, en este caso ‘árbitrAs’. No es una moda ni una «tontería de políticos», como dice, sino uno de los vehículos esenciales hacia la igualdad. Hablaremos de ellas, y lo haremos en femenino.