La federación del Universo Mujer vuelve a dejar fuera de los cargos de decisión a las entrenadoras dando una lista de seleccionadores en la que ellas ocupan el segundo escalón. Ni para las categorías femeninas de formación, de U14 a U20, confían en ellas. Los entrenadores nombrados tienen todo nuestro respeto, tienen un palmarés que les avala, pero si ellas no ocupan los banquillos NUNCA podrán tener ese curriculum y si ni su federación, la federación que inventó el Universo Mujer, les da esa oportunidad, ¿quién se la va a dar?
Y todo esto en el mismo año que, por primera vez en la historia, España organiza un Mundial femenino de deportes de equipo.
Una mujer que lleva desde los catorce años ligada al baloncesto, como jugadora, entrenadora y ahora directora deportiva nos deja su reflexión sobre este nuevo menosprecio de su federación.
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Dicen que la crítica constructiva es un catalizador imprescindible para mejorar. Así que me he dicho, ¡hablemos del “Universo Mujer”!, ¡animémonos a equivocarnos acertando con la sinceridad por bandera!, ¡digamos que o no está bien explicado y orientado o no nos vale ni es modelo de nada útil!
No, no me refiero al curioso “manual de estilo” utilizado en la presentación. Primer párrafo: “El Deporte”, segundo párrafo “El Baloncesto”, tercer párrafo “El Baloncesto”, cuarto párrafo “El Baloncesto”, quinto párrafo: “El Baloncesto”… la misma publicitaria y hueca originalidad de un anuncio de detergentes para lavadora; y no digo que esa similitud no sea algo “estudiado” porque, al fin y al cabo y en la mentalidad subconsciente de muchos y muchas, la mujer es la que pone las lavadoras y no hay razón alguna para que
“Universo Mujer” no se parezca en lo esencial a un buen detergente que lava lo sucio, que mantenga los colores, que incluso ataque las arrugas y cambie todo para que todo siga exactamente igual.
Me refiero y me pregunto en voz alta si hay ética en dejar en manos de la estética publicitaria asuntos tan importantes como la igualdad en la vida en general y en el deporte en particular.
Si lo que necesita realmente la DESIGUALDAD para convertirse en IGUALDAD es que (citas textuales extraídas de la web www.universomujer2018.com)
“cuantas más mujeres se impliquen como practicantes y aficionadas al deporte a lo largo de su vida, menos gasto sanitario y más calidad de vida para toda la sociedad” o, por transcribir otra joya, “cuantas más mujeres se incorporen al deporte, al baloncesto, más fácil será llegar a marcas que busquen un colectivo fiel que actúe de prescriptor para toda la sociedad”.
La “materia oscura”, esa que no se ve pero cuya contaminante presencia se percibe con los cinco sentidos aunque no estén muy despiertos, dicen que es algo esencial para el Universo; el problema se produce si su uso y abuso institucionalizado acaba generando antimateria o, lo que es lo mismo, gastando dinero del contribuyente sin una mínima utilidad o eficacia, simplemente para construir ese photocall con prólogo de alfombra roja que permitirá que la hoguera de las vanidades, aunque sea de forma efímera, arda con más intensidad mediática hasta que se pase página con la satisfacción de que el gran negocio de caminar de puntillas protege eficazmente “lo que hay” y, si acaso, ha logrado sondear nuevos mercados sin que nadie haya caído en la cuenta de que se ha utilizado, una vez más, la imagen de la mujer como reclamo publicitario.
Para muestra un botón, el Ying y el Yang de la realidad reflejado en dos artículos que no comparten nada entre sí más allá que la imagen del Baloncesto femenino vista desde dos perspectivas diferentes.
El primero es el artículo “Una Colleja” de Salvador Sostres, publicado en ABC; el Segundo la Carta de Pau Gasol en The Players Tribute hablando de Becky Hammon. Os animo a leerlos y a comprobar que el ying-yang de la realidad se mueve entre la ofensiva calificación de “Muchachotas” para todas las practicantes de baloncesto y la sentencia de que se trata de “un deporte de poca feminidad” nacida de la plumilla a sueldo de Sotres -del que en la Wikipedia dicen que “entre sus características se encuentran críticas a la clase baja, además de frecuentes alusiones al género femenino”-, confrontada con la naturalidad y normalidad de Pau en relación con el papel que desempeñan las entrenadoras en el mundo del Baloncesto profesional, que es un guiño a la responsabilidad social a favor de romper esos famosos y plomizos techos de cristal que casi todo el mundo ve claro que existen -y en el deporte todavía más- pero que muy pocos y pocas se animan a posicionarse, frente a ellos, de modo y manera eficazmente combativa y más allá de la mera estética y formalidad.
Dos modos de ver la vida, antagónicos pero hiper-realistas.
Llegados aquí, nos encontramos con la lista de entrenadores elaborada por la Federación Española de Baloncesto; un organismo que “para dar visibilidad a la mujer” decide incorporar a entrenadoras ayudantes en categorías U20, U18, U17 Y U16. ¡Enorme iniciativa!, ¡La imagen lo dice todo!, un total de 12 técnicos de los cuales 4 hombres son la cara visible del proyecto y escalafón más alto; relegadas a un segundo lugar quedan 4 mujeres que son las ayudantes y, por último y se supone con el objetivo de corregir la “igualdad” entre géneros, otros 4 hombres ejerciendo de tercer entrenador. ¡Si señores!,
¡la foto finish de la igualdad es eso!, ¡4 mujeres equivalen a 8 hombres!, ¡igual tenemos que sentirnos halagadas y agradecidas!
Pero tampoco hagamos sangre, que lo más llamativo no es la representación en segundo plano de la mujer; lo más bizarro es el titular que da sentido a la fotografía en la que aparecen 12 seres humanos -iguales en derechos y deberes- y que reza de esta guisa: “El futuro del Baloncesto Femenino no podría estar en mejores manos”…
No os miento, llevo dándole vueltas y tratando de averiguar por qué lo dicen. Descarto la simpleza de que “nuestro porvenir” esté en manos de 8 hombres y 4 mujeres. Lo más probable es que tenga algo que ver con el palmarés deportivo de los entrenadores principales… pero, lo que realmente hay que preguntarse es si los Clubs, o la Selección o la misma Federación, han sopesado seriamente colocar al frente de equipos de primer nivel a una mujer y, de ese modo, darle exactamente la misma oportunidad de conseguir un palmarés deportivo que, sin duda, es merecido y trabajado en el caso de los técnicos principales.
Y no puedo pasar por alto porque es fundamental, la obligada referencia al logotipo de la Feb colocado, sutilmente, al lado del ya mediático “Universo Mujer”que, aunque lleva poco tiempo circulando, se ha convertido en el teatrillo perfecto y vendible de las iniciativas progresistas de una federación, la nuestra, la de todas tanto como la de todos, a la que le cuesta cambiar lo necesario para que no todo siga igual. No me gustaría pero, a veces, es difícil sustraerse a no ver estas “cosas” como iniciativas oportunistas, con forma mercadotécnica tras la que se agazapan poderosos trasfondos reducidos exclusivamente a aspectos económicos.
¿Y el papel de la mujer y del baloncesto en ellas? A lo mejor la cruda realidad es que importa poco porque el negocio es el negocio y, casi siempre, la rentabilidad de estos “Universos de color de rosa” no debe estar exageradamente unida ni a la eficacia ni a la utilidad.
No me cabe duda de que por capacidad, tenacidad, aptitud y actitud, trabajando juntos, las mujeres y los hombres del baloncesto, ganaremos este y todos los partidos de la igualdad sin necesidad de recurrir a discriminaciones positivas, ni a proteccionismo ridículos y trasnochados. Es una mera cuestión de tiempo y que los muchos Sostres que aún hay –unos públicamente y otros en la intimidad- se den cuenta de que sus complejos no son culpa nuestra, que lo que queremos lo ganamos trabajando y lejos de los méritos de la alfombra roja y el photocall ocasional.
No hay duda de que Universo Mujer es un potente reclamo y marca comercial, tan lleno de Materia Oscura y Agujeros Negros que se está desviando de sus principios y adulterando sus objetivos de igualdad y dignidad que, al menos antes de convertirse en una campaña publicitaria, se le presumían.
Pero igual estoy equivocada en pensar que, hoy y desde siempre, le pese a quien le pese, las mujeres somos mucho más que un mercado potencial o una útil herramienta en manos de terceros y terceras cuyo objetivo son tan suyos que son los mismos de siempre.
Llevo mucho tiempo sintiendo indiferencia hacia ese Universo porque no percibo que me represente ni veo en él recorrido o transcendencia; es simplemente gastar dinero en un ostentoso y efímero photocall, para mejor vender igualdad que permita mantener la tradicional desigualdad y la discriminación en función de género; todo lo demás son argumentos para tejer una gran pantalla de humo políticamente correcta.
Analén Katarina González Pérez.
Entrenadora Baloncesto. Directora deportiva del club Bàsquet Ferreries de Menorca
@Analen1989