La campaña #metoo tiene a algunas torres altas tambaleandose. Ya era hora que empecemos a denunciar los abusos a los que se han visto sometidas las deportistas. Muchas de ellas menores de edad.
Resulta trágico ver que las personas a las que les han encomendado la custodia de unas menores, han cometido un delito. Resulta todavía más repugnante ver que muchos de los personajes que pululan alrededor no han hecho nada. «Es lo que hay si quieres competir». ¿De verdad? Nadie ha levantado la voz ni la mano para denunciar, parar y señalar al personaje de turno.
Esta ha sido la realidad de muchas de las niñas y mujeres deportistas, en manos de depredadores sexuales. Se acabó. Debería acabarse. Ya. Y si ves algo y no lo denuncias cabe recordar que el encubrimiento es un delito.
Gobierno, Federaciones, Clubes, Entrenadores y Técnicos han tenido que saber de estas conductas absolutamente condenables. Ellos eran garantes de la seguridad de las niñas, de las mujeres. Esta gran «pandilla» de señores que ven normalizados estos comportamientos, deberían estar fuera de la circulación. Taparse unos a otros, llevarse las manos a la cabeza, negarlo hasta ver si se olvida… No señores. Han cometido muchos delitos graves y no debe quedar impune.
Simon Bells, de 20 años, acaba de publicar en sus redes sociales un comunicado donde tristemente admite ser otra victima de Larry Nassar, el que fuera médico del equipo olímpico de gimnasia estadounidense, condenado a 60 años de cárcel por posesión de pornografía infantil y culpable de abusar sexualmente de más de 140 mujeres.
La mayoría de vosotros me conocéis como una chica feliz, graciosa y con energía. Pero últimamente me he sentido rota y cuanto más trato de apagar esa pequeña voz en mi cabeza, más alto me grita. Ya no tengo miedo de contar mi historia. Yo también soy una de las supervivientes que sufrió abusos sexuales por parte de Larry Nassar
No es la primera, ya muchas deportistas están empezando a denunciar públicamente. #Metoo es un movimiento internacional que ha llegado hasta España. Aquí también tenemos lo nuestro.
Treinta años estuvo al frente de la Selección Española de Gimnasia Rítmica Jesús Carballo. Mucha polémica y muchas acusaciones cruzadas durante años y sobre todo durante el juicio. Exigir 30.000 euros por vulneración del derecho del honor, ha sido una defensa torpe.
La crítica desde el Tribunal Supremo ha salido hoy. Que una denunciante de abusos sexuales pueda ser condenada por vulnerar el honor del denunciado sin que se trate de una denuncia falsa. Exigir un nivel total de veracidad a una denunciante de abusos puede disuadir a las personas de denunciar públicamente», dicen los jueces. hoy Espaldarazo del Tribunal Supremo a las denunciantes de abusos sexuales.
Carballo me destrozó la vida. Las consecuencias del abuso las sigo padeciendo hoy. La sala verde [una dependencia del gimnasio] sale en todas mis pesadillas”, asegura, y precisa que hasta el año pasado ni siquiera fue capaz de hablar del tema.
Cuando lo hace ahora aún se nota que sigue siendo un trago muy difícil para ella, tanto que no puede evitar las lágrimas. “Entre las cosas que más me duelen es que digan que intentamos cargarnos este deporte. Amamos la gimnasia, fuimos pioneras en una época.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en su reciente sentencia de 16 de marzo de 2017 (caso Olafsson contra Islandia) ha reconocido que los
abusos sexuales a menores constituyen una cuestión seria, de interés general, sobre la que el público en general tiene legítimo interés en ser informado.
Así, la resolución se cierra.
21.- Por otra parte, la imposición de una condena a quienes, en circunstancias como las que concurren en este caso, denuncien la existencia de abusos sexuales a menores, es difícilmente compatible con las exigencias que a los Estados imponen los arts. 19 y 37 de la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas de 20 de noviembre de 1989.
Denuncia. No te calles. No encubras. No consientas. No te dejes. Ninguna medalla merece tanto. Ningún abusador merece clemencia.
#Metoo