Cuando entrenamos nuestro cuerpo cambia. Se adapta, mejora, se lesiona y le acostumbramos a dar lo que necesitamos. El deporte de élite tiene muchos riesgos. Muchas mujeres han sufrido lesiones y han visto truncada su carrera. Algunas a las puertas de unos juegos, en mitad de una prueba. Todo se va al traste.
Llegar y conquistar las metas que nos hemos marcado y que el cuerpo nos siga es cuestión de mucho tiempo. Mucho entrenamiento y podemos llegar a estar en disposición de conquistar ese resultado que nos hemos marcado.
El cuerpo se entrena. Y la mente debe entrenarse. Tanto o más que el cuerpo. Se entrena para concentrarse, que nada distraiga el momento. Que ningún obscuro pensamiento o una trivialidad nos lleve a fallar, en lo que quizá sea un único intento. La mente se entrena más que el cuerpo. Alejar la realidad, predecir el cambio de viento, abrir las sensaciones a aquello que nos puede hacer triunfar o fracasar.
La mente la disciplinamos para que nos ayude a pasar todos los tragos. Los éxitos y los fracasos. El otro día escuchábamos comentarios de algunos señores de corbata (no sé si han sido deportistas alguna vez) sobre la pena de que algunas medallistas estén desaparecidas. Fue en la inauguración de la Semana Europea del Deporte, que se celebró en la plaza de Colón, en Madrid.
¿Y si han querido celebrar con aquellos que les han apoyado durante toda su carrera, cuando ganaban y cuando no? Todos los medios quieren la foto. Todos quieren llamar, celebrar, apoyar… todos te quieren, todos se acuerdan de ti, pero solo cuando ganas.
A pesar de todo, allí estaba Ruth, celebrando con los pocos que se habían enterado de que era la Semana Europea del Deporte, porque no se le ha hecho ninguna publicidad, todo sea dicho, convirtiéndose en leyenda.
Ruth Beitia acaba de entrar en la leyenda de los premios «Marca Leyenda». Premio que desde 1997 han premiado solamente a cuatro mujeres de 71 deportistas. Nadia Comaneci, Arantxa Sánchez Vicario, Edurne Pasaban y Teresa Perales.
Ahora 72 premios y ya son cinco las mujeres que entran dentro de la leyenda deportiva que concede el diario más vendido de este país. Ser Tricampeona de Europa no lo había conseguido ni el mejor de nuestro atletas masculinos. Y el día que se convirtió en Tricampeona de Europa, ni la portada. Pero como rectificar es de sabios, lo celebramos igual. Esperamos que a partir de ahora haya mas portadas para las mujeres que hacen del deporte español algo grande fuera de nuestras fronteras.
Ruth Beitia se merece eso y más. Lo ha ganado casi todo. Le queda ser la campeona del mundo. Y no hay nada más interesante para una mente que un nuevo reto.